
Los filetes actuales suelen fabricarse en acero inoxidable o en vulcanita. Su tala aumenta de centímetro en centímetro. Para mayor seguridad y comodidad, la embocadura del filete debe tener la anchura apropiada; si es demasiado estrecha, pellizcará las comisuras de los labios del caballo, y si es excesivamente ancha, se deslizará por la boca.
Resulta fácil adquirir un nuevo filete si sabes que el antiguo se adapta a la perfección; en tal caso no tienes más que medir la longitud de la embocadura. Si no estás seguro solicita la colaboración de un experto o explícale el problema al guarnicionero;por el tamaño y por la raza de tu caballo, probablemente sabrá la talla del filete que precisas. Que sea él quien se asegure de su correcto ajuste en la cabezada y en la boca del animal.
Un filete puede adaptarse a la cabezada y a las riendas con hebillas o con unas judías o tachones especiales (al igual que los corchetes, resultan elegantes, aunque más difíciles de desabrochar).
También puedes coserla para que se mantenga permanente en su sitio, aunque eso es más adecuado para una cabezada de exhibición.
Cualquiera que sea tu elección, limpia la cabezada y el filete a fondo y con regularidad. Fíjate en las zonas desgastadas de las hebillas, las carrilleras, las anillas y el filete; la ruptura de una cabezada o de un filete siempre supone una desagradable experiencia.
No ajustes al caballo un filete viejo y oxidado, o uno con restos de saliva seca y de hierba. ¡pero tampoco le coloques un filete tratado con pulimiento para metales!